martes, 26 de abril de 2011

Devolver la ciudad a los niños y cuidar la canica azul



"La Tierra está sufriendo como nosotros, y quienes más sufren son nuestros niños. Con la pérdida y deterioro de los ecosistemas a través de la deforestación, los incendios forestales o la construcción de fraccionamientos a ritmos incalculables por todo el país, los seres humanos no solo estamos perdiendo calidad de vida en general, sino estamos privando a nuestros niños de su crecimiento y desarrollo como personas libres. Los niños nos observan todo el día, incluso cuando no estamos con ellos, los pequeños imaginan dónde están sus papás y mamás, que andamos haciendo, cómo nos comportamos, copian nuestra conducta y valores.

Tras varios meses después de la tragedia del Alex, en nuestra ciudad parece que los ciudadanos hemos olvidado lo que vivimos y lo que todos aprendimos. La Tierra esos días nos habló, a su manera, de todo lo que está sufriendo a causa de las actividades de los seres humanos adultos.






Son los adultos los que planean infraestructura en lugares incorrectos que afectan los cauces naturales del agua; son los adultos los que asfaltan cauces de arroyos evitando la infiltración; son los adultos los que deciden la inversión en transporte público que aligere la carga automovilística de esta ciudad; son los adultos los que eligen capacitar y tener recursos para luchar los incendios, y así un largo etc. Parece que olvidamos que la tierra es nuestro hogar y que toda ella, está interconectada. Lo que hacemos a la Tierra, nos lo hacemos a nosotros mismo, diría el Jefe sioux, Seathl, hace ya más de 300 años al presidente Franklin Pierce. Lo único que te pido, le diría, es que la cuides como a tu propio hijo o hermano. Creo que a estas alturas, nos hemos dado cuenta de que esto, en particular en Monterrey y en nuestro país, no está sucediendo.

Si preguntásemos a los niños sobre qué hacer en la ciudad, cómo tratarla, la respuesta y las acciones serían muy diferentes a la de los adultos, que no recuerdan que hace años ellos fueron niños y todavía pudieron ir solos a la escuela, salir a jugar a la ciudad sin tener los ojos de sus papás pegados a sus espaldas, y sobre todo, sin tantos peligros físicos, reales o no. Esto hizo que sus papás, crecieran en libertad, con seguridad, sanos y despiertos. Hoy nuestros niños, tienen por niñera al Play Station o al internet, o espacios especialmente diseñados en centros comerciales, volviéndolos niños inseguros, tímidos, gordos, y sobre todo, consumistas. La casa los encierra y da todos los beneficios que debieran encontrar en la ciudad. Todos nos encerramos en casa o en el centro comercial, hubiera o no inseguridad y calor extremo, ya que la ciudad nos es hostil y no responde a nuestras necesidades. Estos niños de los que hablo tienen por papás, a adultos que prestan más atención y dedican su tiempo libre a limpiar su auto, en vez de salir a jugar al parque con sus hijos, tengamos o no la incertidumbre de una balacera en nuestra colonia a medio día (crecer en la cultura del miedo impuesta por los padres, es también otra manera de limitar el desarrollo intelectual de los niños).

Queda lejano ya el juego el contacto con la naturaleza (dentro o fuera de la ciudad), el aprender haciendo y no escuchando, el descubrir del niño, caerse y levantarse por sí mismos. Estas son algunas de las maneras de desarrollo que necesita vivir un niño. ¿Dónde queda esto dentro de nuestras ciudades? ¿Dónde queda el tiempo libre y el poder de elección de un niño de 6 años? Con estos patrones, reafirmo, formamos a nuestros hijos en adultos inseguros, consumistas, sin poder de decisión ni valores.

Una parte fundamental del desarrollo de la personas es el contacto con la naturaleza. Los niños que crecen en ciudades donde no se puede jugar con libertad en los parques, correr y aventurarse en un bosque para descubrir la vida de los animales, observar cómo crece una planta, tocar la tierra, son niños incompletos. Nuestra evolución como seres humanos viene de miles de años de vivir en el planeta Tierra, cazando, recolectando frutos, iniciando la agricultura. Lo que dio al Homo sapiens sapiens (el hombre moderno) su control sobre la Tierra no fue su físico, sino su capacidad de aprovechar y transmitir a sus descendientes la información cultural por medio de su inteligencia, cosa cual, hemos perdido al creer que podemos cambiar el funcionamiento de los ecosistemas y los ciclos naturales de la Tierra. Un claro ejemplo es la alteración del ciclo del agua a consecuencia de la expansión de la mancha urbana en Monterrey. Por supuesto, también hemos dejando de transmitir esa información cultural y por tanto, se cometen tremendos errores. Obviamente, el problema incluye otros factores como la corrupción, intereses de terceros, etc.

Sabemos que no todos en la ciudad tienen las mismas necesidades y la ciudad, sometida a la capacidad de voto en las elecciones, responde a una minoría: hombre adulto con coche en edad productiva y jefe del hogar. Las madres, las personas mayores, las personas con discapacidades y en especial los niños, son rechazados y desconsiderados en la planeación urbanística de las ciudades, que piensan que al responder a las necesidades del hombre adulto jefe de hogar, responden directamente a las necesidades de su familia.

Una tendencia mundial, teniendo el conocimiento de las causas por las que la Tierra está sufriendo, es tomar acciones contra el cambio climático, involucrando a los ciudadanos para que ellos dejen de ser parte del problema y propongan soluciones. Tenemos algunos ejemplos en México como Aguascalientes en su búsqueda por la movilidad urbana en bicicleta, el D.F, Guadalajara, para disminuir la contaminación y el calentamiento de las ciudades y sus famosas islas de calor, consecuencia de la alta cantidad de asfalto que cubren nuestras ciudades, no dejando que la ciudad se enfríe en la noche. En Monterrey, aunque se han conseguido algunos logros, todavía estamos en pañales mientras en otras cuestiones como tratamiento de agua somos punteros en el país, tratando el 100 % de las aguas, aunque sin embargo, tenemos un grave problema seguridad en el abastecimiento por el crecimiento de la ciudad y la demanda, sin que se tomen acciones importantes que ayuden a que los ecosistemas a mantener una buena salud y por tanto asegurar los servicios ecosistémicos (beneficios directos e indirectos como son la calidad del agua, el aire, espacios de recreo y descanso, etc.).

Enlázate con tus vecinos para recuperar, el parque o terrenos baldíos para cultivar huertos comunitarios, como forma de autoconsumo, ahorro y salud (al ser huertos ecológicos) y a la vez, como forma de distracción y recreo de su tiempo libre.

Involúcrate, convive y comparten junto con tus hijos y tus vecinos. Monterrey y su área metropolitana tienen cientos de terrenos baldíos, jardines semi abandonados y despoblados de árboles que podrían ser utilizados como huertos comunitarios urbanos. Esta práctica es común en Europa, en países con condiciones no tan aptas como lo es México para el cultivo de frutas y hortalizas. El propio Jesús de León (premio nobel de ecología 1994) comentó en su reciente visita a Monterrey y charla sobre la reforestación de las ciudades, esta oportunidad que Monterrey tiene de transformar terrenos baldíos en sus colonias en huertas comunitarias fructíferas y saludables.

Súmate, organízate en tu casa, tu colonia o tu trabajo y reducir, reciclar, reutilizar, compartir un huerto, caminar, andar en bicicleta, no debería de estar lejos de las mentes de los grupos de ciudadanos, DIF y consejos de los municipios como alternativa para los niños, jóvenes y adultos (mayores o no tan mayores). Conozco a penas un ejemplo en la colonia Villa Dorada el Faisán Santiago, N.L. más sabemos que es una tendencia y necesidad dentro de esta ciudad el tener e casa hidroponía, cultivos en macetas y cualquier lugar donde pueda crecer una planta que además de verde, nos provea de alimento en un mercado donde la fruta y la verdura son cada vez más caras.

Muchos programas de desintoxicación de las drogas, trabajo para personas con discapacidades, utilizan la jardinería y agricultura como herramienta de desarrollo persona e integración, y es que el contacto con la naturaleza acerca el ser humano a su esencia genuina y al bien común.

La canica azul está sufriendo…como nosotros. Tú puedes salvarla. Haz la diferencia. "


Texto y Redacción:
Ana Soriano Albert Coordinadora Centro de Sostenibilidad Campus UDEM

No hay comentarios.: